"El que nada recuerda, nada puede desear"-Michael Ende.

viernes, 13 de septiembre de 2013

INK Tears

Supongo que estoy más que acostumbrada a tus rarezas. A tu todo y a tu nada. A ese saber del que presumes, y esa visión extraña que me atribuyes. Vives el día encerrado en un cuarto sin ventanas, para no ver el paisaje. Es tu mente de la que hablo. No todos pueden ver lo que yo estoy mirando. En tus ojos que no miran cuando hablan.  Mentiras y más mentiras, un castillo de naipes. Adiós, si lo quieres, adiós, supongo que será la mejor opción. Porque entonces destruiremos mi castillo de sillares de piedra. La catapulta será tu partida y el olvido la fuerza de choque. Libertad sin remordimientos ni  reproches.
Te crees importante lo sé. A veces siento darte el placer. Creo que te gusta más alardear que follar. Tu mente es un juego de azar y tus ojos un mar, profundo y sublime. No puedo mirarte a los ojos, enmudezco. Me juzgo y enveneno. Ya no es deseo, es recuerdo. Ya no es amor es ilusión. Es pasado y no presente a lo que se agarra mi corazón.
Así que vete, vete de aquí. Huye lejos de mí. Mientras yo me dedico a olvidarme de ti




Jugar con los sentimientos ajenos de una manera fría y desalmada. Si se siente mejor con ello, puede que sea un acto que lo defina como un autentico desgraciado de alma vacía.

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