Los que tienen miedo a la muerte me tienen miedo a mi, porque yo formo parte de ella. Desde el principio de los tiempos he estado llevando a las almas al purgatorio a cambio de unas monedas y los humanos siempre me han tenido miedo por mi aspecto. Hay otros que me han pedido explicaciones acerca del porque de la muerte y si todo lo que estaban viviendo en aquel lugar era real. Yo me limitaba a contestar:
-Tan solo soy un humilde servidor lo bastante avispado para confesarte que lo único que se es que ya no estas vivo, así que real o no lo cierto es que no lo estas viviendo.
A pesar de ser un servidor de la muerte nunca se me explicó porque los humanos debían de morir en determinada edad. Tengo mis conjeturas pero no tengo ningun interes en decirlas, eso tan solo seria gastar saliva. Lo único que se es que me encanta ver desde un punto de vista divertido mi trabajo de barquero y observar las almas que llegan a mis aguas. Ellas dicen mucho de la sociedad en la que viven los humanos y me he dado cuenta de una cosa: A cuanto mas tiempo menos valoran lo que es vivir...
Seguro que te estoy aburriendo con tanta palabreria absurda ¿eh? ¿frágil humano?
-Tranquilo Lied, es muy interesante escuchar a un caronte opinar sobre la muerte y su trabajo- se sinceró Gabriel aún estupefacto.
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