"El que nada recuerda, nada puede desear"-Michael Ende.

domingo, 7 de abril de 2013

Martir

¿Por qué la vida es tan injusta? Continué sin pausa preguntándome, rebobinando lo impronunciable, una y otra vez. Tengo miedo de que mi alma no pueda dejar de llorar, lamentándose del cruel destino que esta destinada a albergar. Completamente sana y sin ninguna traba física y mental me siento oprimida por distintas partes de mi realidad. No me dejan caminar sobre las losetas de mi camino descalza y sin prejuicio. Una locura será suficiente para cambiar este molesto destino. Una locura, con un empujón oscuro. Una idea, un amanecer incierto, eso seguro. Algo que haga romper mis hábitos antes de que yo rompa otra cosa que nunca pueda volver a generarse. Algo, por Dios, algo que me ayude a aclararme.  Porque estoy en lo más profundo del temor y el miedo, viviendo a medias mientras me arrastro por el pantano de los lamentos.  Te maldigo mi amiga oscuridad, por no dejar mi vida en paz. Maldigo tu nombre y tu genialidad. Mi carga se hace mas grande a cada paso que voy a dar. Tan injusto e intolerante ¿puedo odiarte? y quererte a la vez. Es muy duro pensar que quizás con mi felicidad nunca te vuelva a ver.
Nunca confíes en las apariencias, mienten mas que las personas...


Un perro andaluz de Buñuel

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