"El que nada recuerda, nada puede desear"-Michael Ende.

martes, 23 de octubre de 2012

Amor/Odio

Esclavos del odio, presos del amor, entrelazamos nuestras manos, nos miramos a los ojos y dimos rienda suelta al amor. Presa del amor me vi envuelta en la felicidad, en el sol resplandeciente, en los latidos constantes al verte llegar. Tus ojos son la portada a la única puerta que quiero pasar, cerrar con llave en la habitación de tu alma y no salir nunca más. Presa del amor digo si a todo lo que me pidas, recorro los pasos que te dedicas a andar. Te levanto del suelo si tiendes a tropezar y me asomo a los agujeros a los que no te quieres asomar. Pero escúchame amor mio, yo he visto en tu subconsciente a un niño que llora, una mascara en su rostro y lágrimas de tinta en sus ojos. Presa del amor yo te intento llevar a la luz, pero aquel niño tira de nosotros. Presa del amor yo lloro porque veo que tu le entregas tu mano. Presa del amor yo sufro porque veo que él te coge del brazo. Presa del amor yo rabio porque el odio me consume y no puedo hacer nada para evitarlo. Esclava del odio yo grito, miro tus ojos y evito cualquier contacto que antes pude haber tenido contigo. Esclava del odio me ofusco, me engaño, me frustro, me enfado y me evado.... nada va a ahorrarnos este disgusto. Esclava del odio asumo que mientras tu otro yo se esconda, tú y yo acabaremos por separarnos. Esclava del odio me miras con ojos de un desconocido, y yo esclava del odio te invito a que lo dejes conmigo.
Somos los que con nuestras manos tocamos la efímera sensación de la primera vez, el primer suspiro de amor entre ambos. Quienes entrelazan sus cuerpos para darse amor y pasión desenfrenada. Sin tomar cuenta de nada del exterior ni el ir y venir del día y la noche. ¿Has visto que sensación más placentera? Todo lo bueno se hace intenso y rápido a la vez... pero lo positivo algo negativo oculta. Por ello somos los que observamos como la llama se apaga, como la cera se funde... Como todo se envenena. Soy testigo de la muerte de mi amor, consciente del odio que lo sustituye. Jamás se puede amar tanto a alguien sin tener el riesgo de poder odiarle.





No hay comentarios:

Publicar un comentario