"El que nada recuerda, nada puede desear"-Michael Ende.

jueves, 10 de enero de 2013

Desconcierto

Ella se preguntaba de manera constante, que sería lo que a él le gustaba de ella. No creía destacar en nada especial. Y no podía dejar de mirar a otro lado cuando le hablaba. Su mirada le desconcertaba. Le agradaba y a la vez temía. Que debía sentir ante eso ¿Impotencia, descontento o simplemente afecto?
Cuando era pequeña, pensó que siempre andaría sola por el mundo. Alguien tan extraña como ella, vagando por el mundo únicamente acompañada de sus amigos, las sombras. Sus ojos rojos la abrumaban. Le temía a las sombras pero al mismo tiempo sentía afecto por ellas. A pesar de que estas la limitaban mucho, le gustaba dormir abrazada a una de ellas.  Eran temibles a la vista de quien no las conocían.  Ella se sentía atada a unos seres que no la dejaban vivir sin sumisión. Pero sentia un afecto elevado hacia ellas, como un síndrome de Estocolmo complicado. Relación tu a tu entre poltersgeist y niña... extraña, enredada y sin embargo llena de amor singular. Saliendo del campo afectivo de sus "amigas" las sombras,ciertamente la chica no sabía como actuar. Se quedaba descolocada. Aquel chico le acababa de decir que quería estar a su lado y ... fue complicado decir que no sin sentir un vuelco en el corazón.
Que estúpida se sentía en ese momento la amante de las sombras, envuelta en su mundo de terror.




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