"El que nada recuerda, nada puede desear"-Michael Ende.

domingo, 27 de enero de 2013

Mi causa

Quizás me embarque en este viaje con el objetivo de buscar algo. Esto se torno en un viaje complicado. Yo ya tenía formado un rol de mi persona. Actuaba tal y como debía actuar un buen guerrero, un buen defensor y compañero aliado. Al principio a regañadientes puesto que, al comenzar mi viaje en soledad, decidí que fuera igual de principio a fin. No quería cargar con nadie, ni encariñarme demasiado, pues el afecto y el amor puede convertirse en un arma poderosa que generalmente es una carga en la batalla. Si una persona se va de tu lado sientes un gran peso en el alma y te vuelves vulnerable. Como no me siento capaz de soportar tal dolor y conozco mis limites, aposte por dicha teoría. Pero finalmente, alguien consiguió engañarme prometiéndome dinero a cambio de la fortaleza que le faltaba. Siempre con escusas de: pagare en el momento en el que tenga algo de dinero en las manos ¿pero sabéis que hacia ese jodido cabrón? siempre que conseguíamos dinero se lo gastaba sin darme cuenta en invitarme a borracheras y a un festín compartido. Y yo accedía por no dañarle (como siempre mi bondad se abre paso a mi debilidad) pero consciente de que la próxima vez me pagaría y que si tenia que obligarlo lo haría  Y se convirtió en un circulo vicioso hasta que me pago la deuda. Pero yo ya me había echo demasiado a aquel mago, frágil despistado y con una forma de ver las cosas tan distinta a la mía. Así que me quede con el. 
Luego apareció aquel grupo de niños. Aquella mezcla extraña de razas y ese pequeño 
grupo de niños inconscientes venidos de otro mundo. Eran al menos diez, y tan solo eran niños en peligro. Siempre me he preguntado porque a un grupo de niños le dejaban tal responsabilidad como la de andar por este mundo lleno de peligros. Algunos iban con uniformes de guerrero aprendiz de la alta  escuela elfica. El jefe decía estar preparado para dicho cometido, y que a pesar de ser niños no eran para nada invulnerables. Que después de esta importante misión siendo ellos los mejores de su élite  serian enviados a ocupar altos cargos en las filas elficas. O al menos eso les habían dicho.
Entre ellos siempre destacaron dos ante mi. Uno de los aprendices era un chico de ojos rojos, y pelo negro. De rasgos finos y piel muy pálida  A el siempre lo estaban dejando de lado y despreciandole a pesar de que era un chico callado y abstraido. Seguramente seria por lo mismo por lo que me despreciaban a mi en todos los lugares a los que iba. Mis ojos rojos que denotaba tener un alma demoníaca  Que denotaba ser el enemigo, yo el demonio, no tenia lugar en un mundo donde gobernaban los hombres y los elfos. Yo solo la misma raza que quería dominar sin derecho aquel mundo. Y por donde pisaba quedaba demostrada la antipatía de las gentes cuando se daban cuenta de mis ojos demoníacos  Aquel chico debía de sentirse muy solo y su cara reflejaba tristeza.
La otra que destacaba era una chica delgaducha y frágil que decía pertenecer al mundo de fuera. Había algo inquietante en ella. Siempre distraída y sonriente mirando a todas partes con una curiosidad infantil. Era un ser encantador que en la batalla siempre conseguía sorprenderme con su coraje y valentía  Siempre peleaba con fiereza y era audaz a pesar de parecer tan indefensa. Le faltaba practica eso si... pero... me inquietaba sobretodo su manera de mirarnos a mi, y al otro chico de ojos rojos. Puesto que siempre parecía apiadarse de nosotros, y para nada mostrarnos desprecio alguno. Pero lo que hizo que llamase mi atención desde el principio es que sin conocerme de nada me preguntara mientras miraba al cielo estrellado.
-Mayt ¿Por qué te embarcas en este viaje? ¿Cual es tu búsqueda?
A lo que yo respondí mentalmente. "En este viaje, me muevo buscándome a mi mismo para nunca poder llegar a encontrarme"

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