"El que nada recuerda, nada puede desear"-Michael Ende.

viernes, 17 de agosto de 2012

Odín

Hay veces que me cuesta pensar con claridad cuando se trata de recordar algo tuyo. Cuando se trata de ver una foto tuya en la que simplemente estés mirando a la cámara con esos ojos de pupila inquieta, me detengo a pensar. En las que estoy contigo, las miro y agacho avergonzada la cabeza preguntándome a mi misma: ¿por que?
Ahora mírame a los ojos y dime: ¿De verdad nunca te inquietó lo que mi corazón sentía? ¿Cómo puede ser una persona tan firme?¿Cómo puede tomar la decisión de no probar nunca una boca como si estuviera prohibida? Puede que mi ímpetu quitara ese misterio que tanto te gusta. No confundas, el corazón dejó de sentir. Pero la mente recuerda malas pasadas. Pero no te preocupes, algún día las cajas en la memoria que ponen tu nombre se irán quemando lentamente. No por que te odie ni repudie. Simplemente es que la mente se va llenando de recuerdos nuevos y las personas vienen y van. Los caminos se cruzan y quien sabe si nos volveremos a encontrar. Pero por mucho que pienses que soy la misma niña absurda, te equivocas, habré cambiado aunque no quieras admitirlo. Tu concepto de ti habrá cambiado en mi mente al igual que cambio en su momento en mi corazón. Dará importancia a cosas que la tengan en su momento pero otras quedaran secundarias o al margen. Es inevitable.
¿La pregunta es quien es Caín Vargas? ¿El fantasma de lo que un día sentí?¿Los recuerdos inútiles que vagan en mi cabeza?¿La vergüenza y la sin razón expresada en un personaje?¿El conjunto de lo que fuiste y quise que fueras? Lo que pensara de tí no eras tu realmente, mas bien una idealización que torna a la decepción. Es obvio que Vargas en mi mente es un personaje de ficción.
Cuando hablo de esto no confundas. Hablo de mi y de mi persona.  En mi corazón vaga ese echo. A esta edad las personas vienen y van. Te enseñan y cada una te aporta algo. Tu has echo que dude de mi. Te doy las gracias, porque sino fuera por ti no habría pensado tanto en quien soy. Ni tampoco me hubiera aceptado a mi misma. Y lo cierto es que a pesar de todos esos complejos e inseguridades de mi persona, puedo ser capaz de apartarlos y sentirme orgullosa. También me siento capaz de aceptar mis defectos y mis malas acciones. Pero esto último no es del todo gracias a ti. También es gracias a las nuevas personas que e conocido después.
Lo que nos lleva a la reflexión de que la vida es un continuo ir y venir. Que todo tiene su debida importancia. Quizás mi error fuera darte demasiada en el momento inadecuado. Por eso es hora de graduarla y actuar como un adulto. No hablo de olvidar completamente el pasado es simplemente olvidar el significado que no me aporta nada y sustituirlo por el que creo que en este momento es adecuado.
Me siento fuerte. Me siento viva

Lara Vazquez






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